Sucedió en otoño de Lisa Kleypas

 

Sinopsis:

Cuatro jóvenes damas se introducen en la sociedad londinense con un objetivo prioritario: utilizar todos los ardides y artimañas femeninos a su alcance para encontrar marido. Así pues, forman un equipo: las Wallflowers. Ésta es la historia de una de ellas.

Sucedió en un baile…

Inteligente, irrespetuosa e impulsiva, Lillian Bowman comprendió rápidamente que sus costumbres americanas no eran recibidas con simpatía por la sociedad londinense. Y el que más las desaprobaba era Marcus, lord Westcliff, un insufrible y arrogante aristócrata que, por desgracia, también era el soltero más codiciado de la ciudad.

Sucedió en el jardín…

Allí Marcus la estrechó entre sus brazos, y Lillian se sintió consumida por la pasión hacia un hombre que ni siquiera le caía bien. El tiempo se detuvo; era como si no existieran más que ellos dos… Y casi los atrapan en esa actitud tan escandalosa.

Sucedió en otoño…

Marcus era un hombre que controlaba sus emociones, un paradigma de aplomo. Con Lillian, sin embargo, cada caricia suponía una exquisita tortura, cada beso una invitación a buscar más. Pero ¿cómo podría considerar siquiera tomar como su prometida a una mujer tan manifiestamente inapropiada?

Esta novela, segunda de la serie de las Wallflowers, es tan divertida y romántica como la anterior, y puede ser leída de forma independiente.

Opinión personal:

Calificación:

Terminamos el Reto Rita 5 — organizado por los blogs A la cama con un libro y Mi rinconín de lectura— , por todo lo alto, Lisa Kleypas, #RetoRita5 #RitaKleypas, una de las pocas autoras de las que he leído todo lo que ha publicado, en inglés y castellano. Ese una de mis imprescindibles, y una de las grandes damas de la novela romántica, aunque últimamente la veo demasiado cómoda.

Creo que es una experta en la construcción de protagonistas masculinos, muchos de ellos han creado escuela y, al mismo tiempo, ella misma vuelve a echar mano de sus propios personajes creando novelas en las que vemos algunos que podrían ser fiel reflejo de aquellos con los que empezó y la hicieron famosa. He estado dudando sobre qué releer, pero uno de mis favoritos  es Marcus —sé que para muchas es Sebastian. Así, me lancé de lleno.

No creo que sea recomendable leer esta novela de forma independiente, Marcus es uno de esos personajes de Lisa Kelypas que aparece en varias de sus novelas, lo conocimos un poquito en La antigua magia, en la que es el hermano de la protagonista; pero su mala relación con Lilly surge ya en la novela anterior, así que, pese a que no es mi favorita de la serie, creo que aquí Kleypas juega con ventaja y se salta todo lo relativo a los primeros momentos con la pareja.

En «Sucedió en otoño» la enemistad ya está formada así que es una novela en la que la pareja tan solo debe concretarse, porque está claro desde el primer momento que, por mucho que ambos se empeñen en negarlo, la atracción ya está ahí.

Los primeros capítulos son sencillamente una delicia, esas escenas en las que ambos, entre momentos inoportunos, se miden las fuerzas porque el problema es que son demasiado iguales: ambos llevan razón, ninguno de los dos se equivoca, son testarudos, aunque Marcus premia las buenas formas y Lilly apuesta por la libertad de movimientos, por decirlo de alguna forma.

Algo recurrente en la autora, que no sé si realmente es cierto, es la confrontación de la seriedad y formalidad inglesa con un comportamiento demasiado relajado por la parte americana. Aquí no estamos hablando de distintos clases sociales en cuanto a economía se refiere, sino entre nobleza y plebeyos.

Lisa Kleypas tiene una pareja algo similar en su novela, «Cuando tú llegaste» que escribió a principios de los noventa y creo que siento debilidad este tópico.

Marcus es tan terriblemente estirado que me divierto mucho leyendo cómo se pega esos trompazos contra la realidad porque, aunque él no lo quiera admitir y se intente engañar, Lilly es su pareja perfecta y todos a su alrededor son testigos. Con tan solo una frase que le dice a su hermana en «La antigua magia», ya le tomé muchísimo cariño porque hay pocos más estrictos que él, pero, dada su educación, creo que al primero que más se exige es a sí mismo. Y, al lado de su enorme ego, tenemos su enorme corazón. A veces, nuestro comportamiento es tan solo una forma de defendernos. Y creo que en Marcus podría darse un claro ejemplo.  No hay que olvidar que estos duques (aunque solo sea conde, también sirve) estirados son mi total perdición. Es un personaje más complejo de lo que a simple vista pueda parecer y Lisa Kleypas tarda en destripar los motivos que lo han hecho así. Un hombre pausado, inalterable al que, quizás con algún que otro exceso, Lisa Kleypas no para de hacer perder los nervios.

Y Lilly es la encargada, fuerte y decidida, no duda en plantarle cara. No tengo muy claro de dónde saca esa fortaleza ya que se ha criado sin el cariño de una madre, que solo la ve como el medio para cumplir un sueño de ver casadas a sus hijas con un noble y de un padre que ni tan siquiera las tiene presentes. Quizás por eso está acostumbrada a defenderse de lo que ella considera agravios con pequeñas trastadas sin malicia y mala suerte, mucha mala suerte. Lucha fervientemente por hacerse escuchar y por conseguir que su opinión sea relevante. Y, ante todo, no quiere un matrimonio como el de sus padres. Quiere algo casi imposible en aquella época, un matrimonio entre iguales y, aunque no crea que Marcus pueda ser una pareja conveniente, ese hombre exasperante le atrae.

Poco hay más, pero ya es mucho. Siempre creo que es una gran cualidad el hecho de que una autora sea capaz de lograr una buena novela con un argumento bien sencillo; y hacer disfrutar a la lectora a base de pequeños diálogos llenos de chispa y picardía. La pasión no falta, así como no faltan los dobles sentidos y consigue dotar a los personajes, sobre todo femeninos, de esa inocencia, imaginación y deseo tan creíbles.

De fondo, esa gran amistad que ha nacido entre estas cuatro jóvenes que se han puesto como meta, el verse casadas por amor. Me gusta mucho esa relación entre ellas, tan distintas entre sí y creo que, tan solo por verlas a ellas evolucionar, es necesario leer la serie en orden.

La autora juega bien con los personajes secundarios, pero Sebastian es una pieza muy importante en esta historia y, si algo me parece imperdonable, es que le robe ese epílogo a la pareja principal (pero eso es algo muy personal). Supongo que Lisa Kleypas ya era consciente de que había creado a uno de los hombres que la harían más famosa.

Las relecturas siempre comportan cierto peligro, pero en esta ocasión he sido más consciente de que hay pequeños matices que en otras ocasiones pasaron sin pena ni gloria, pero que, ahora, más susceptibles ante ciertos temas, podría no ser del todo acertado. No pretendo alarmar a nadie, pero me ha parecido, cuanto menos, curioso, que una escena muy concreta, ni tan siquiera la recordara y que ahora me haya hecho plantearme ciertas cosas. Cierto que no traspasa líneas y, si ahora fuera mi primer contacto con esta lectura le daría más importancia, pero voy a tener muy en cuenta el momento en el que se escribió la escena y el momento en el que se publicó. Y, ante todo, me niego a que ese fantástico sabor de boca que me deja esta lectura se vea enturbiado por un tema con el que ahora no estoy del todo conforme ni cómoda y me hubiera gustado alguna alternativa. La novela sería totalmente redonda sin esa botella con pera incluida. Pero, aún así, no esperéis que sea objetiva porque, aún con ella, esta es una de mis novelas favoritas de la autora. Porque, tanto Marcus, como Lilly, como esos diálogos puntiagudos, directos y fabulosos, me han hecho pasar unos momentos encantadores y, más aún, me han hecho reír. La comedia es mucho más complicada que el drama y, si me rio con una lectura, ya tiene una estrellita ganada.

En su conjunto y aunque sé que no estoy ante una novela sublime, es una de mis grandes debilidades, por eso le doy esa máxima nota. Sé que tiene fallos, sé que podría haber profundizado más en sus personajes, que juega con ventaja ya que ya los conocemos, aunque creo que están tan respaldados por esos secundarios que cada uno tiene un marcado carácter. Que su relación está muy basada en esa lujuria incontenible y en hacer caer una y otra vez a Marcus de ese alto pedestal. Sé que la historia no deja de ser un cúmulo de escenas que buscan el placer del lector, divertidas, con un humor sagaz y sin grandes complicaciones. ¡Pero es una lectura totalmente recomendable! Y con la escena final, no creo que me pueda resistir mucho tiempo a la relectura del Diablo.

Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora

Pepa