La perla secreta de Mary Balogh

Sinopsis:

El primer encuentro entre Fleur Hamilton y el duque de Ridgeway a las afueras del teatro Drury Lane no fue muy alentador, es más, se podría decir que fue bastante sórdido. Ella era una prostituta; él, su primer cliente.

Pero lo peor de todo vino cuando volvieron a verse las caras, ya que Fleur está en la casa del duque y nada menos que como la institutriz de su hija, y lógicamente su esposa, la duquesa, también vive en el mismo techo.

Con todos estos antecedentes es bastante improbable que el amor entre Fleur y el duque pueda florecer y que les augure un futuro feliz. Pero, ¿quién sabe? Cuando se trata de una novela romántica todo es posible…

Calificación:

Opinión personal:

Toca lectura del Reto Rita 4.0 que, como sabéis, organizan los blogs A la cama con un libro y Mi rinconín de lectura. Este mes me hacía especial ilusión porque Mary Balogh es una de mis autoras favoritas, así que ya os aviso que no soy nada objetiva con ella. Tenía pensado empezar alguna de sus series no traducidas, tengo el primero de los «Survivors’ Club» pero, el otro día ordenando estanterías vi «La perla secreta» y me apeteció volver a leerla.

Es una novela que en su momento tuvo mucha controversia, a muchas lectoras les disgustó, pero ya sabéis que a mí los argumentos inusuales me atraen casi tanto como el chocolate y la disfruté mucho en su momento y la he disfrutado mucho ahora. Quizás con algunos peros más, pero es que es una novela publicada en 1991 y que, a fecha de hoy, siga siendo original, no me diréis que eso no se merece ya un punto a favor de la autora.

Mary Balogh tiene un estilo muy elegante, sus historias son más de personajes que de acciones y, no digo que a algunas de vosotras os pueda parecer demasiado sobria. Sin embargo, me encanta, y cómo dicen: para gustos, los colores.

El primer encuentro entre Fleur y Adam es brutal. La forma cruda en la que la autora lo relata es genial. Duro, frío, y violento —quizás no de forma física, pero sí cómo se sienten ambos. Porque, por un lado, (no desvelo nada que la sinopsis no relate) tenemos la primera experiencia sexual de una joven que se prostituye por un poco dinero para comer y, por otro, a Adam, un hombre que no suele desfogarse con prostitutas pero que encuentra en esa pequeña joven demacrada una forma de descargar su gran frustración.

Mary Balogh consigue que, como lectora, sientas el mismo rechazo que Fleur por ese hombre seco y duro. Es un tema muy delicado, ya que, aunque se podría (léase el condicional) decir que no es una violación porque es algo que ella busca y consiente —no quiero entrar en debates de lo que pienso en realidad- lo importante es que ella se siente violada, vejada y dañada. Una experiencia atroz, porque lo es. De ahí la maestría de la autora para, primero, narrar los sentimientos de Fleur, tan cercanos a la realidad, no tan solo lo que pueda sentir hacia ella misma por lo que se ha visto obligada a hacer, sino lo que siente en su primer encuentro con el que ha sido tanto el causante de esos miedos como, ahora, ha de ser su salvador.

Un tema complejo que la autora desarrolla de una forma espléndida.

Fleur es una joven de buena familia que, como muchas en aquellos tiempos, pierde su cómoda posición al quedar huérfana. Acosada por su situación actual, se ve obligada a hacer lo indecible para poder subsistir.

Mary Balogh no describe, sino que nos desarrolla la personalidad de los personajes a través de sus decisiones y actos, poco a poco nos va desvelando tanto el carácter y las fuertes convicciones de Fleur como la dura vida que hay detrás de ese duque estirado, a quien la sociedad considera marcado por el don de la felicidad, pero cuya vida dista mucho de ser agradable. Un hombre arrepentido totalmente por lo que ha hecho.  

Poco estoy describiendo al duque de Ridgeway, pero es que creo que junto al misterio que acompaña a la situación de esta joven muchacha que ha conocido en Drury Lane, es otro de los grandes misterios que se van desvelando a lo largo de las páginas en esta novela.

Junto con ese primer contacto inicial, tenemos una pareja que, aparentemente nunca podrá estar junta, no tan solo por la forma en la que se han conocido, ni la gran distancia social que ha marcado ese hecho en concreto, sino por las circunstancias personales de Adam como hombre casado y padre de una niña.

Insisto en cómo me gustan estas novelas que se alejan tanto de lo usual en la romántica.

Me gusta la evolución que hace de los personajes, el reflejo social que casi pasa inadvertido. La autora suele apostar por personajes atormentados, no tan solo de forma física sino muy marcados a nivel psicológico. Por eso, en muchas de sus novelas, sobre todo en las que los protagonistas han estado en la guerra, como en esta, muestran profundas cicatrices. Te paseas un poco por la internet y buscas fotos y, en serio, que algunas impresionan muchísimo. Así que me puedo hacer una idea de que cuando se referían a que dichas heridas podían provocar rechazo, en verdad, sería así.

Y, como en otras de la autora, aquí encontramos dos personas con grandes heridas cuya autoestima es prácticamente nula y, con esas miradas y esos silencios importantes, esas palabras no dichas. Con una gran bondad, falta total de egoísmo, Adam conquista y enamora; y Fleur olvida al hombre que conoció y conoce al hombre que es en realidad.
Cierto que quizás le falta alto de romanticismo a su relación, pero creo que no podría haberse desarrollado de otra forma. 

Es una historia pausada, pero que a mí me ha enganchado —pese a que es una relectura— de tal forma que me ha durado apenas un par de días. Tranquilidad rota tan solo por ese pasado que persigue a Fleur y con el que la autora jugará para mantener viva la atención del lector.

Creo que hubiera disfrutado igualmente de esta pareja sin esa subtrama. Pero, además, contamos con otro personaje importante, la duquesa.  

Hay muchos detalles que recordaba, así que no puedo decir que me haya encontrado con demasiadas sorpresas, aunque las hay. Por que nada es lo que parece. Creo que el matrimonio de Adam es un buen reflejo de lo que serían muchos de aquellos tiempos y, si algo me gusta de Mary Balogh, es esa cualidad que tiene para retratar una realidad y la credibilidad con la que es capaz de dotar a todos sus personajes.

Por supuesto tiene que haber un pero. Aunque creo que queda muy claro lo mucho que he disfrutado, otra vez, de esta novela. Pero me ha faltado un final menos precipitado. Imposible no saber por cómo iba a terminar la historia, pero creo que esa parte le faltan algunas páginas, la autora se toma tanto tiempo en desarrollar los sentimientos de ambos durante toda la novela que, al final, creo que se ha quedado un poco corta.

Mary Balogh es, en mi opinión, una de las grandes señoras de la romántica histórica. Es de mis imprescindibles, aunque no sé si ahora, con el cambio de modas, será del gusto de todas las lectoras. De ella me han gustado casi todas las novelas que he leído, así que las recomiendo, a excepción de una que me pareció bastante mala—creo que el segundo de su trilogía los jinetes- y lo último que han traducido de ella, que son de sus primeras novelas y se nota. Pero títulos que me han gustado especialmente: Cásate conmigo, Más que una amante, La amante secreta y Ligeramente peligroso, son mis favoritos.

Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora

♥Nos leemos en septiembre ♥ 

Pepa