Sinopsis:
La Barcelona de la Exposición
Universal de 1888 será testigo del amor entre un médico y una modista. Una
pasión que cuenta la historia de un beso.
Gonzalo Losada provoca la ira de
su padre cuando decide abandonar su puesto de cirujano para especializarse como
médico de enfermedades mentales en otra ciudad, con el mejor neurólogo del
momento.
Inés Ribas, hija de un empresario
textil catalán, tiene el sueño de convertirse en diseñadora de modas. Su padre,
que la consiente en todo, solo le pondrá una condición.
El destino es caprichoso y coloca
a Inés en el camino de Gonzalo. Este queda prendado de ella nada más verla y
busca un acercamiento, pero no sabe que la modista lo utilizará para ganar un
reto.
Tiempo después coinciden en una
fiesta y ninguno de los dos ha olvidado su fugaz encuentro. Atrapados por la
pasión que desborda sus corazones, se hacen promesas de amor, pero la vida los
empuja por caminos separados hasta que vuelven a encontrarse. Ambos han
cambiado. Los malentendidos, el rencor y los celos, la familia y la traición se
interponen entre ellos. Gonzalo descubrirá que tiene en su poder la llave para
ser feliz o perder a Inés para siempre.
Opinión personal:
Me hacía especial ilusión leer
esta novela. Ya sabéis que siento predilección por las historias emplazadas en
España, pero «Esa locura llamada amor», además, está situada en mi ciudad y eso
siempre es un aliciente.
La novela empieza muy bien y el
estilo de la autora me ha gustado: sencillo, ligero y de ágil lectura. Pese a
que este tipo de relaciones están muy de moda actualmente y en otros momentos
también las disfrutaba, a los pocos capítulos he empezado a notar que el
romance no se iba a desarrollar al ritmo que ahora me gusta. Esto, como
siempre, es algo muy personal. Por ello, considero que otro tipo de lectora,
menos centrada en el romance y más abierta a narrativa general, podría
disfrutar más que yo de esta novela.
Inés es hija de un burgués
catalán del sector textil. Independiente y decidida gracias a una educación
bastante igualitaria que ha recibido en casa, dentro de un entorno familiar
feliz y moderno en el que el padre la consiente dado que no ha tenido heredero
varón y la anima a conseguir sus sueños.
Gonzalo ha eludido los deseos
familiares y, en continuo enfrentamiento con su padre, decide luchar por lo que
verdaderamente quiere. Es un hombre decidido y, en muchos momentos, un buen
reflejo de las ideas de la época.
Su relación ha sido como unos fuegos artificiales. Una explosión de sentimientos fuertes que se encaminan de una manera demasiado repentina a una parte muy física de su relación. Me ha sorprendido lo poco que conversan y me ha llamado mucho la atención que en casi todos sus encuentros haya contacto físico, como si fuera lo usual en la época. No sé si para matizar la modernidad del personaje femenino o porque la autora ha sentido la necesidad de centrarse en ese aspecto, tan de moda ahora. A mí no me ha convencido y, además, ha llegado a saturarme porque había escenas en las que no solo sorprendía por tanta normalidad, sino que chocaba porque en el punto en el que se encontraba su relación eran un poco forzadas.
Por lo que todo empieza y termina
de forma demasiado precipitada para mi gusto y se construye una relación basada
en una atracción que no consigue sobrevivir a unas cuantos malentendidos.
Por ello, la relación no me ha
gustado mucho y tampoco me ha convencido. En muchos momentos Inés, esa mujer
fuerte y decidida, se muestra demasiado sumisa y pendiente de un hombre que,
tampoco termina de portarse bien con ella. Y, sin embargo, eso me ha parecido
bastante creíble.
En la novela aparecen varios
hombres y creo que todos muestran un fiel reflejo de los pensamientos y
comportamientos de la época. Unos representan la modernidad y otros, lo ya
viejo, pero todavía presente y en Gonzalo me ha parecido entrever una mezcla de
las dos posturas. Sin embargo, puesto en mi balanza personal, pesan más las
escenas en las que no me ha gustado. Esto no sería importante si su relación me
hubiera parecido consistente. He disfrutado de muchas novelas en las que el
protagonista es odioso y, Gonzalo, en verdad no llega a serlo en ningún
momento, aunque sí se hubiera merecido más de una colleja.
Quizás por esas escenas algo
repetitivas de sus encuentros amorosos, la rapidez con la que fluyen sus
sentimientos y la normalidad con la que se incumplen ciertas normas sociales,
hace ha provocado que me haya costado tanto situarme en la época en la que se
centra la historia. Hay momentos en que tanto el comportamiento como la forma
de hablar de los protagonistas y algunos personajes secundarios me han parecido
más coherente con una romántica contemporánea.
Ya sabéis que no soy muy dada al
drama, quizás es por eso que no he podido disfrutar de la última parte de la
novela. No le veo la necesidad de hacer pasar a los personajes por estas
situaciones, aunque, en contraposición, creo que es la excusa perfecta para que
la autora termine la novela con un tema que le apasiona y que ha sido, para mí,
lo mejor.
Ahora creo que toca hablar de lo
que sí me ha gustado: el trato e investigación que, de las enfermedades
mentales, sobre todo las que se relacionaban directamente con nosotras.
La autora es licenciada en
psicología clínica y, por lo que pone en su perfil, ejerce, así que no es
sorprendente que el protagonista escoja esta profesión. Algo que se nota en la
buena documentación sobre este tema no tan solo de las nuevas tendencias e
investigaciones que a finales de siglo estaban surgiendo y resultan de lo más
interesantes. Es minucioso el detalle de lo que acontece de puertas para
dentro, de las, a veces, segundas intenciones que se escondían detrás de
ciertos ingresos y de, como siempre y hasta hace muy poco la situación de la
mujer podía llegar a ser realmente horrible dependiendo de la suerte que
tuvieras a poner tu persona bajo el total dominio de un hombre.
Es un tema que me ha parecido muy
interesante, no es que sea nuevo, pero siempre es atractivo en una lectura dar
con temas que se salgan de lo habitual.
En su conjunto, «Esa locura
llamada amor» es un libro que no ha sido lo que esperaba. Un romance demasiado
precipitado y con ciertos toques de modernidad que no me han encajado e,
incluso, me han saturado un poquito porque no está bien equilibrado con la
relación no física de la pareja. Cierto que el reflejo social es acertado, pero
me ha faltado situarme en la época y, para contrarrestar, el tema del
nacimiento de la salud mental es interesante. Aquí creo que prima el gusto de
cada lector, ya sabéis que soy lectora de romántica.
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa
A mi también me gustan mucho las historias que tratan cómo se gestionaban, para bien o para mal, las enfermedades (ya sean físicas o mentales) hace siglos, cuando para los personajes, les resultaba tan complicado tener diagnóstico y una posible cura (poco probable).
ResponderEliminarEntiendo lo que comentas sobre la historia de amor: los instalove están en boga y nosotras somos de romances a fuego lento, jaja! Para mi, además, es fundamental que este resulte creíble, y cuando ya empiezan con mucha atracción física..mal vamos.
No sé si leeré esta historia en el futuro, aunque es cierto que el hecho de que transcurra en Barcelona, es un gran punto a su favor .
Besos!
hola Pepa
ResponderEliminareste libro me lo regalaron hace tiempo y a día de hoy aun no lo he leído. Es una pena que no haya sido lo que esperabas, espero que cuando yo lo lea me guste mucho más que a ti.
Gracias por la reseña
besotesssssssssss
¡Hola!
ResponderEliminarA mí esas cosas que comentas me sacan de la lectura. Me refiero a las "moderneces". No me molestan pequeños toques, pero si no es el caso... mal asunto para que me guste. En cuanto al instalove, antes no me molestaba si se hacía bien, ahora siento que los utilizan a la ligera y sin sentido. Un besote!!